La experiencia de la felicidad muestra un aprendizaje esencial desde el punto de vista humano: es fundamental vivir el presente para abrazar plenamente el ahora y aprovechar el instante. Sin embargo, la alegría también puede nutrirse con otras referencias del pasado. Piensa, por ejemplo, en ese tesoro que representa para ti el recuerdo de tantos momentos de la infancia o las anécdotas vividas en común con otros seres queridos. ¿Te gustaría recordar con la máxima precisión posible las escenas más memorables de tu existencia? La memoria fotográfica se acerca a esa expectativa.
Es decir, la persona que tiene una memoria fotográfica muy desarrollada, posee la capacidad de describir con un alto nivel de precisión los detalles de una situación específica. Conviene señalar que el recuerdo de cualquier situación que forma parte de la biografía personal está condicionado por el punto de vista subjetivo. Es decir, la percepción final de una secuencia concreta conecta directamente con la realidad de la vivencia y las emociones.
Cuando el recuerdo describe en detalle las sensaciones de una vivencia
Es decir, si dos personas forman parte de un mismo contexto e interactúan con una realidad concreta, es probable que cada una de ellas recuerde matices distintos en torno a lo sucedido. Pero alguien que posee una excelente memoria fotográfica es capaz de retener matices que pasan más desapercibidos ante otras personas.
Actualmente, es posible capturar en detalle diferentes situaciones por medio de fotografías. Hace solo unos años, la fotografías se reservaban, principalmente, para las ocasiones más especiales. Sin embargo, la capacidad de volver al pasado a través del recuerdo es una experiencia muy especial. Por ejemplo, quizá recuerdes el perfume que utilizaste en una fecha clave, las sensaciones que experimentaste o la prenda que estrenaste en una celebración determinada.
Aunque el término memoria fotográfica puede llevarte a concluir que se centra principalmente en la información visual, el recuerdo también puede conectar con otras sensaciones diferentes. A pesar de que es un tema apasionante desde el punto de vista humano, es objeto de investigación en la ciencia. Es decir, hay muchas preguntas sin responder en torno a sus causas o su existencia. Imagina que realizas el siguiente ejercicio. Te concentras plenamente en un objeto que tienes en el entorno próximo. Es decir, percibes todos sus detalles y matices durante un tiempo breve. Una vez que ese plazo ha quedado atrás, recuerdas con la máxima precisión algunas de las características de la perspectiva que has contemplado previamente.
El verdadero reto de la memoria fotográfica reside, principalmente, en mantener una información a medio o largo plazo. Es decir, generalmente el recuerdo de un detalle se conserva con más nitidez tras haberlo visualizado.
Cómo alimentar la memoria de forma positiva
En las diferentes etapas de la vida, es aconsejable ejercitar la memoria y el recuerdo. Para ello, es esencial adoptar un estilo de vida muy saludable que pone el acento en cuestiones básicas como el ejercicio físico, el descanso, la vida cultural y la alimentación. Practica el valor de la observación atenta. Es decir, busca instantes en los que te concentras plenamente en aquello que te rodea. Si observas el entorno que te rodea, con la perspectiva de un turista que lo descubre por primera vez, es probable que descubras matices que no has apreciado hasta ahora.
También puedes cultivar el valor de la observación por medio de fotografías, obras de arte y libros que contienen bonitas ilustraciones. Por ejemplo, los libros de cocina, arte, arquitectura o viajes suelen estar perfectamente ilustrados con información visual. Finalmente, es esencial adoptar rutinas positivas y conscientes para prevenir la aparición de síntomas de estrés.