Aquellos productos que se crean a partir de un proceso artesanal tienen un valor añadido en el mercado. Hay distintos profesionales que, en función de su especialidad, tienen las habilidades, la creatividad y la capacidad de hacer diseños originales. Las obras artísticas pueden destacar en diferentes materiales. Pues bien, el vidrio es uno de los elementos que muestra su perspectiva visual en el ámbito de la artesanía. Cada pieza se transforma en una auténtica joya que desprende el valor de los matices y la importancia de los detalles.
Es una profesión que muestra la excelencia de un oficio que tiene siglos de historia. Y, sin embargo, la profesión de artesano vidriero atraviesa un periodo de incertidumbre actualmente puesto que, como ocurre con otros muchos oficios, el reto del relevo generacional es una realidad. En el pasado, el saber hacer de los profesionales del sector era transmitido de generación en generación en talleres especializados que realizan proyectos en vidrio.
El artesano vidriero trabaja en la creación y restauración de piedras hechas en vidrio
Las vidrieras son obras que tienen un importante valor artístico. De hecho, como si se tratase de un cuadro o de una fotografía, es posible observar con detenimiento una composición para analizar la propuesta del artista. Las vidrieras también tienen un importante significado en el mundo de la arquitectura. De hecho, se convierten en el punto focal de algunos monumentos emblemáticos que enmarcan en sus paredes piezas espectaculares. Las obras de arte, en cualquier soporte o forma de expresión, tienen un importante valor. En consecuencia, el proceso de conservación es clave para que la propuesta conserve más allá del paso del tiempo sus características originales. Hay que señalar que una obra también está expuesta al contacto con variables externas como la suciedad o los cambios bruscos de temperatura.
Existen daños e imperfecciones que tal vez pasen desapercibidas para quien no es maestro en la materia y que, sin embargo, ocupan de forma especial a maestros vidrieros que participan en las tareas de restauración de una vidriera que presenta un deterioro tras el paso de los años. El tratamiento siempre debe adaptarse a las particularidades específicas de la obra en sí misma. Es decir, conviene tener en cuenta su fecha de creación, el contexto en el que se enmarca o las causas de su deterioro.
Una de las características que realza la belleza de una vidriera es la luz. Este ingrediente pasa a través del vidrio y deja una perspectiva única de la composición. Aunque es habitual vincular la presencia de vidrieras con edificios históricos como iglesias o catedrales, es un tipo de composición decorativa que también está presente en otro tipo de espacios. De este modo, el profesional tiene la técnica y la habilidad deseada para llevar la inspiración inicial al soporte final.
El vidrio, material utilizado en numerosos proyectos artesanales, también se emplea en la creación de otro tipo de productos que pueden convertirse en una buena propuesta de regalo para quienes admiran los artículos de artesanía y el mundo de la decoración. Un jarrón en vidrio tiene un gran valor desde un punto de vista ornamental. Existen diferentes técnicas que profundizan en el trabajo en vidrio como, por ejemplo, la técnica del vidrio soplado.
¿Y qué estudiar para ser vidriero?
¿Quieres estudiar un grado de formación profesional u otra propuesta de calidad? Hay diferentes títulos que profundizan en esta profesión. El título de Técnico Superior en Fabricación y Transformación de Productos de Vidrio es uno de los itinerarios a valorar. Es una formación práctica que aporta las herramientas deseadas para desarrollar productos en vidrio. Si quieres aprender un oficio milenario, que afronta el gran reto del relevo generacional, puedes formarte para trabajar como soplador de vidrio.