El interés por la historia del arte puede expresarse en diferentes grados. Algunos profesionales se preparan para tener un conocimiento experto en el campo descrito. Por ejemplo, trabajan como profesores o colaboran con museos. Sin embargo, el interés por el arte no solo puede cultivarse con una motivación laboral: el contacto con la cultura enriquece al ser humano a nivel personal. Puedes adaptar el objetivo de aprender historia del arte a tu propia perspectiva y realidad. En Formación y Estudios compartimos seis consejos.
1. Cursar Historia del Arte en la universidad
Como hemos comentado, es uno de los itinerarios esenciales para un alumno que quiere obtener un título oficial que mejore su empleabilidad en el sector. Antes de concretar la decisión final de formalizar la matrícula en un programa específico, analiza si esta propuesta se alinea con tu proyecto de desarrollo profesional, con tus inquietudes y con tu vocación.
2. Cursos sobre historia del arte
Una persona que se forma durante su tiempo libre en temas relacionados con el mundo del arte puede llegar a tener una visión amplia sobre los estilos, corrientes, autores, expresiones artísticas y las características de diferentes periodos históricos. Por ello, puedes acceder a la variada oferta de talleres que distintas instituciones programan de forma presencial u online. Consulta el título, el temario, el horario, la duración, la estructura del curso, el precio y la metodología.
3. Visitas guiadas en museos
Viajar es una de las experiencias personales que proporciona grandes lecciones desde el punto de vista humanista y cultural. Aquellos destinos que presentan colecciones interesantes ante los visitantes despiertan el interés de los amantes de la historia del arte.
Además, la visualización de cada obra se enriquece con el conocimiento de aquellas curiosidades y explicaciones que contextualizan el trabajo desarrollado por el autor. Por tanto, puedes programar visitas a museos y galerías en el lugar en el que resides (y en aquellos destinos que visitas durante fines de semana o vacaciones).
4. Libros sobre historia del arte
La lectura aporta una importante fuente de formación y aprendizaje. Es un hábito que facilita el descubrimiento de autores, obras relevantes, corrientes artísticas, biografías de nombres inolvidables y otras muchas cuestiones. Como usuario de las bibliotecas públicas, puedes solicitar en préstamo manuales y libros especializados. La búsqueda de material educativo también se extiende a otros puntos de referencia como, por ejemplo, las librerías y las tiendas de los museos.
Viajar para conocer algunos de los museos más prestigiosos del mundo es una iniciativa que puede resultar inalcanzable a corto plazo. Sin embargo, la lectura es un plan que puede transformarse en hábito hasta formar parte del estilo de vida. Pues bien, establece un horario para leer libros sobre historia del arte en tu rutina semanal.
5. Charlas y conferencias sobre historia del arte
Tal vez tengas amigos o familiares que poseen un amplio conocimiento sobre el mundo del arte. En ese caso, las conversaciones con ellos pueden inspirarte y enriquecerte con información de valor. ¿Tienes la posibilidad de asistir a conferencias y charlas impartidas por profesionales que se han titulado en historia del arte? Revisa la programación cultural del lugar en el que resides (y del entorno más próximo). Realiza esta rutina, también, durante un viaje.
6. Cursos de verano sobre historia del arte
Las universidades abren sus puertas durante todo el año. El calendario estival se completa con la programación de los esperados cursos de verano que cada año despiertan el interés de numerosos alumnos a lo largo de la geografía. Son talleres que tienen un breve periodo de duración, sin embargo, poseen un temario y un formato muy interesante. Numerosos expertos colaboran con las universidades en cada nueva edición.